Porfiri - fine art

Tuesday, May 01, 2018

Expo en el Banco Nación - mayo 2018


El juego como ritual

Es difícil pensar la cultura humana sin un componente lúdico. Hans-Georg  Gadamer señala que el juego es una función elemental de la vidaAncestralmente, ya la práctica del culto religioso entrañaba un elemento lúdico. “En el juego, en los bailes y en las fiestas el hombre busca la posibilidad de volver a acceder a la fiesta perdida, un retorno a lo sagrado y a sus ritos”, advierte Girogio Agamben. El hombre actual ya no sabe jugar más, o juega a través de la tecnología, olvidándose de poner el cuerpo. La pintura de Porfiri requiere de un espectador que se entregue de cuerpo entero al juego que propone, que sea también cojugador. Y así, por medio de lo lúdico, el artista nos permite acceder a un ritual tan viejo como cautivante, el ritual de pararse frente a una obra artística y percibir su aura. Un juego que necesita como mínimo de dos partes.

En Lúdica encontraremos sapos, insectos, gusanos y un fumigador, integrantes de un ecosistema, donde cada uno ocupa un lugar en la cadena alimentaria. Los gusanos se confunden con cordones de ADN, los sapos se descomponen en figuras geométricas, los pájaros invaden todo el espacio aunque no resultan amenazantes, sino que son amigables y nada peligrosos. Un cibernauta aislado parece burlarse de todos los seres a su alrededor. La serie “Corazón” muestra un conjunto de los socotrocos de Porfiri donde hay varios núcleos y no se puede encontrar el centro. Cada corazón o socotroco es un mundo en sí mismo, puede ser un planeta o un universo comprimido, pero sin una forma que podamos identificar. Con estas imágenes, el artista pone de relieve la crisis de sentido en el arte contemporáneo, donde los conceptos abundan y la forma muchas veces es subestimada.

Según podemos leer en “La decadencia de la mentira” de Oscar Wilde, “la mentira, o sea el relato de cosas bellas y falsas, es la finalidad misma del arte”. Y de ahí podemos extraer que el artista trabaja con la falsedad, nos miente, porque crea un mundo revelador aunque este no sea copia fiel de la realidad que nos rodea, sino una transformación de los elementos que conocemos hasta tornarlos irreconocibles. Porque el arte es nuestra encendida protesta y pone en evidencia la imperfección de la naturaleza; si esta fuera perfecta, no existiría el arte. Entonces la vida termina por imitar al arte. El artista crea un universo paralelo donde los espectadores asistimos a una mentira, felices de ser engañados por esta fábula imaginada,  por la constelación de seres que no existen, geografías imposibles, sueños disparatados. Este es el diccionario que escribe Porfiri, donde organiza el mundo, instalando una nueva taxonomía de la imaginación que seguramente será copiada por la realidad.

Milly Vázquez 
(periodista y escritora)




"Pájaros" (detalle) - 2018 - collage s/ MDF - 100 x 150 cm


"Gusanitos" (detalle) - 2018 - collage s/ MDF - 100 x 150 cm


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